jueves, 31 de diciembre de 2015

Testigo de mis actos.



Testigo de mis actos.
Leonardo Díaz
Astrólogo Metafísico

La mayoría de los seres humanos creen que pueden  burlar  las Leyes Universales. Esta falsa creencia surge solo de la ignorancia. Dios no puede ser burlado, sus Leyes son infalibles, juzgarán mas tarde o más temprano, el tiempo para Dios es perfecto. El es el Señor del Tiempo y de la Vida.

Los metafísicos sabemos muy bien que no se mueve un solo átomo sin la voluntad del Padre Universal. Desde la partícula más ínfima hasta los vastos  universos se rigen por la voluntad del Padre Universal y esta voluntad se expresa en forma de Leyes Universales. También sabemos que en su inmenso AMOR, Dios ha otorgado al hombre libre albedrío, pero está libertad está sujeta a leyes. 

Esas leyes que observan los científicos en el comportamiento de la energía o materia, como lo son la ley de gravedad  entre muchas otras, son solo minúsculas observaciones de las Leyes Universales existentes en la Mente Divina y que organizan la existencia en todas partes, ya sean dimensiones, mundos, universos. La máxima metafísica nos dice, “En Dios Vivimos, nos movemos y en El tenemos nuestro Ser”.

En metafísica llamamos el Testigo a esa presencia  que nos habita. A esta presencia puedes llamarle el alma, el ser interno, incluso el ojo de Dios que te observa. Dentro de todos nosotros  existe ese centro de conciencia que observa, que sabe instintivamente lo que es correcto e incorrecto, lo que es bueno o malo.  Desde el Centro de nuestro Ser somos observados por nuestro  Espíritu, por esa Chispa Divina, el Testigo de Dios.

No importa que en el mundo de las relaciones humanas, nadie sepa o conozca de nuestros actos,  el Testigo silencioso que nos habita no duerme, El  siempre está allí observando, registrándolo todo.

Por ignorancia los seres humanos pensamos que si otro ser humano no se encuentra presente en el escenario de nuestras malas acciones,  estas quedarán en secreto, pero no es así, bastará solo con haber estado nosotros presenciando nuestros propios  actos, nuestros sentimientos y pensamientos, incluso los más íntimos. El Testigo silencioso estará observando y registrándolo todo, nada escapa a los ojos del Testigo  de Dios.

Si calumniamos, damos falsos testimonios, incluso declarando que no vimos algo, habiendo estado presentes, esto nos daña interiormente debido a que traicionamos la presencia de Dios dentro de nosotros. No importa si pertenecemos a una religión, o asistimos a un templo, la traición a la Presencia de Dios en nosotros nos daña interiormente porque nos desconecta espiritualmente con nuestra esencia. Dios se encuentra dentro de nosotros y solo la verdad nos acerca a Él, sino no hay verdad, de nada valdrán las oraciones, meditaciones, o cualquier otra práctica espiritual.  No podemos  ocultarnos de Dios para actuar, Dios está dentro de nosotros, nos acompaña a todas partes.

No olvidemos al Testigo silencioso que todo lo observa y todo lo registra en el libro de la vida. Ese Testigo silencioso es el mismo que se hace presente cuando oramos y estará ante nosotros  y a nuestro lado el día que desencarnemos  para conducirnos hasta la otra orilla del mar de la vida. El Testigo de Dios está presente en todos los actos de tu vida, no lo olvides.

EL  TESTIGO CUSTODIA EL PORTAL QUE CONDUCE HACIA LOS MUNDOS SUPERIORES DONDE TODOS SEREMOS PESADOS EN LOS PLATILLOS DE SU BALANZA, LA JUSTICIA DIVINA. Y SOLO PASARÁN AQUELLOS QUE HAYAN SALDADO SUS DEUDAS CONTRAÍDAS EN LA ZONA DE LIBRE  ALBEDRÍO.   

Testigo de mis actos.

Testigo de mis actos. Leonardo Díaz Astrólogo Metafísico La mayoría de los seres humanos creen que pueden  burlar  las Ley...